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Recordando a Nicéphore Niépce con la primera fotografía de la historia. En Pamplona, con sus fachadas modernistas. Con el rostro oculto. Street photo de Protección de Datos de 2019. La cruz del camino. Joven caminando. Hora de la merienda. Madres y niños con los carritos a cuestas. Recordando al maestro Henri Cartier Bresson con el momento decisivo y "Sevilla". El corazón de Pamplona, la casa de todos los pamploneses.

El martes visité el Museo de la Universidad de Navarra, el MUN, junto a mis compañeros de la facultad. El reto fue: ¿Cómo enseñaríamos el museo a nuestros amigos? Me acordé de Ignacio de Álava cuando expuso una colección de fotografías en homenaje a Oteiza en la sede de la Asociación Fotográfica y Cinematográfica de Navarra, sobre la importancia del vacío en las obras del escultor.  Descubrí que, sin materia no conseguiría forma ni vacío. Así que, para realizar este reportaje, ya tenía en cierta manera una idea rondando por mi cabeza. Cuando visitaba el museo, venía a ver sus exposiciones, sus cuadros y sus imágenes... pero hasta el martes, no me había parado a pensar en el "vacío" del museo y en las paredes que son testigo de ese ir y venir de obras, casi, imparables. Ellas visten al museo. Son elegantes. Son vistosas. Son como perchas.  Aquí os dejo las fotos que conforman el reportaje. 

Fue inevitable acordarse del gran Eric Rohmer mientras me daba un paseo por las playas de Biarritz y San Juan de Luz. La luz fue mágica. Indescriptible, diría yo.  SENCILLEZ LÍNEAS TERCIOS ENCUADRE FIGURA-FONDO EQUILIBRIO LIBRE

Salía de una cita médica con una empanada en la mano y decidí darme un paseo por mi ciudad. Llevaba la cámara colgada al cuello. Bajé la avenida y fui fijándome en los detalles de los portalones, los hierros que los decoraban y el destello del sol que rebotaba sobre las cristaleras. Me fijé en las duras sombras que se dibujaban en la fachada del Teatro Gayarre, al que solía ir acompañada con mi madre cuando era una mocosilla . Observé la cartelera y después, desvié la mirada hacia el hall de la entrada. Sobre el suelo de mármol se perfilaban unas sombras muy fuertes que, de pronto, desaparecían. Eran fugaces. La gente tenía prisa por llegar a casa. La jornada de trabajo ya había terminado. No me dio tiempo a hacer una foto. Continué caminando por Carlos III y vi el edificio del Banco Santander decorado con carteles rojiblancos. Por estas fechas, se exponen las fotografías finalistas del concurso de San Fermín que convoca el Diario de Navarra. El edificio era de planta cuadrada y l...